Robert L. May, escribió la historia sobre Rodolfo, el reno de la nariz roja, en 1939, año en el que se distribuyeron 2.400.000 copias. A pesar de que eran tiempos de guerra y el papel escaseaba, para 1946 se habían distribuido más de 6.000.000 de copias.
May se inspiró en "El Patito Feo" y en vivencias de su propia infancia, ya que era un niño pequeño, frágil, de quien siempre se burlaban, para crear la historia del reno que era diferente. También consideró otros nombres, como Rollo y Reginaldo. Pero May se decidió por Rodolfo como nombre para su reno. Habiendo escrito en verso como una serie de versos pareados, May leyó las rimas a su hija Bárbara de 4 años de edad para ver si les gustaría a los niños. La niña adoró la historia.
Lamentablemente, la esposa de Robert murió por la época de la creación de Rodolfo, por lo que tenía grandes deudas por la atención médica. Sin embargo, convenció a Sewell Avery, presidente de la compañía Montgomery Ward, de que le regresara su derecho de autor en enero de 1947, lo cual le brindó seguridad financiera a May.
La historia de May llamada "Rodolfo, el reno de la nariz roja" se imprimió comercialmente en 1947 y, un año más tarde, los teatros ya mostraban un dibujo animado de la historia de 9 minutos de duración. Cuando Johnny Marks, cuñado de May y compositor, escribió la letra y melodía de la canción "Rodolfo, el reno de la nariz roja", nació el fenómeno de Rodolfo. Muchos artistas musicales dudaban acerca de grabar una canción, temerosos de enfrentarse a la leyenda de Santa Claus. Pero en 1949, a pedido de su esposa, Gene Autry cantó lo que resultó ser un éxito. La canción vendió más de 2.000.000 de copias ese año, de a poco convirtiéndose en una de las canciones más vendidas de todos los tiempos, en segundo lugar, debajo de "Navidad Blanca" de Bing Crosby. El especial televisivo sobre Rodolfo de 1964, narrado por Burl Ives, sigue siendo hasta hoy un favorito del día festivo y el mismo Rodolfo se ha convertido en un ícono muy querido de la Navidad.
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